viernes, 23 de abril de 2010

En el charco del Ingenio se resguardo
una importante colección de cactáceas mexicanas

El que fuera el último centro de operaciones del ya fallecido cactólogo norteamericano Charles E Glass, se encuentra ubicado en la parte más alta de una reserva ecológica, emplazada o las afueras de Ciudad de San miguel de Allende, Guanajuato, llamada el Charco del Ingenio. El lugar, un cañón de mediana altura, rodea el embalse de una presa y mantiene manchones bien conservados de vegetación que formó parte de la biodiversidad que existió hace varias décadas en los alrededores de esa ciudad colonial y altamente turística del estado de Guanajuato.


En una de las cimas de la barranca se encuentran las instalaciones que fueron de CANTEAC y en las que Glass y sus colaboradores trabajaron durante casi diez años. Dentro de estas destaca, emplazado en varias niveles de terreno un hermoso invernadero de estilo europeo, todo construido de vidrio, por el cual también pasa un pequeño arroyo de aguas cristalinas. Desde ahí se aprecia una vista muy notable de lo presa y de gran parte de lo reserva, en la cual, en temporadas diversas se pueden observar cantidades importantes de patos silvestres y otras aves acuáticas; este palacio botánico guarda una de las colecciones más importantes de cactáceas mexicanas, la cual de 1991 a 1998, el año de su muerte, fue conformada por Charles. Ahí se exhiben y preservan ejemplares de cactáceas y otras plantas suculentas que se encuentran en serio peligro de extinción, entre las que destacan el Echinocactus grusonii, mejor conocido como “Asiento de Suegra” o “Barril de Oro”; más de 250 ejemplares de la oaxaqueña mammillaria solisioides, la cual es una pariente cercana de la mammillaria pectinifero; muestras importantes de mammillaria albiflora y miles de ejemplares de la muy bella Peleyphora aselliformis, los cuales en la decáda de los 90 fueron rescatados por Glass y CANTE, previo permiso expedido por la entonces Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología; ésas plantas estuvieron en su medio natural en extensiones de terreno por donde hoy pasa la carretera 57, zona ubicada en el centro del estado de San Luis Potosí.

En el Charco del Ingenio se encuentran laborando varios estudiosos nacionales y extranjeros, quienes trabajan en laboratorios, túneles de propagación e invernaderos, reproduciendo cientos de especies de esas plantas, para lo cual utilizan las semillas que se extraen de las ricas colecciones del jardín botánico; muchos de los ejemplares propagados se ponen a la venta, para de esa manera ayudar a amortiguar un poco el saqueo de que son objeto esas plantas por coleccionistas nacionales y extranjeros sin escrúpulos. Desde ese lugar se han desarrollado estudios botánicos de gran importancia y que han quedado plasmados en trascendentales obras como la Guía para la identificación de Cactáceas Amenazadas de México de Charles E. Glass que fue coeditada por CONABIO y CANTE. El libro en cuestión que contiene fotos a todo color de cactáceas, describe a 96 especies que se encuentran en peligro de extinción y que aparecen en los apéndices I y II del Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de flora y Fauna Silvestres (CITES), organismo dependiente de la ONU.

Durante casi 10 años de su vida, Charles Glass realizó varios de sus estudios en el Charco del Ingenio. El personaje fue muy polémico, unos cactólogos lo consideraron un traficante de cactáceas raras y en peligro de extinción y otros más lo han defendido, calificándolo como importante apartador de estudios esenciales para conocer a las cactáceas mexicanas, varias de las cuales él mismo descubrió y describió, como fueron los casos de mammillaria saboe y mammilla hernandezii, la primera de Chihuahua y la segunda de Oaxaca; otras más como la mammillaria glassii de Nuevo León fueron nombradas en honor al propio personaje Otra aportación del controvertido cactólogo estadounidense fue la de los libros que redactó como: The Illustrated Enciclopedia of Cacti, que produjo junto con Clive Innes Identification Guide to the Threatened Cacti of México, texto que editó poco antes de morir y su valiosa participación como editor temporal de una de las publicaciones periódicas más importantes que abordan ese apasionante tema, la revista norteamericana Cactus and Succulent Journal.

El Charco del Ingenio es un sitio digno para el esparcimiento físico y el relajamiento mental, así como para aprender buenas lecciones de botánica y ecología. En temporada de lluvias se pueden observar cantidades muy importantes y variadas de mariposas y plantas en plena floración; asimismo por esas fechas, el nivel del agua de la presa se encuentra a todo lo que da, motivo por el cual la fuerza del torrente acuífero nos inyecto muchas emociones. Existe también una pequeña tienda donde se pueden adquirir recuerdos del lugar y un buen número de especies de cactáceas, propagadas en el Charco, algunas de ellas muy raras y catalogadas como de verdadera colección y a muy buenos precios.

Gran diversidad de cactáceas en la vieja
Casa de los Alemanes

Enclavada en una muy depredada zona xerófila queretana que rodea a la población de Cadereyta de montes, se encuentra la llamada Quinta Schmoll. El lugar ubicado en la Calle el Pilancón número 1, en el añejo Barrio de las fuentes, es una importante extensión de jardines y una construcción que dato de principios del Siglo XX, rodeada de fuentes y manantiales de gran belleza. En este sitio se encuentra un ya veterano y bien establecido emporio botánico que preserva y reproduce plantas suculentas mexicanas y de otros países del mundo.

El lugar fue fundado en 1920 por la Bióloga alemana Carolina Wagner y por su esposo, el pintor Fernando Schmoll. A la fecha la Quinta viene siendo administrada por la cuarta generación Wagner, la cual continúa con dedicación sus labores en pro del cuidado y multiplicación de las cactáceas y otras plantas suculentas, un buen número de estas en serio peligro de extinción.

A los 30 años de fundada la Quinta Schmoll, a propuesta de la Dra. Helía Bravo Hollis, en octubre de 1951 la recién fundada Sociedad Mexicana de Cactología, organizó una excursión para visitar el famoso lugar. Jorge meyrán, estudioso de las crasulaceas mexicanas y amigo personal de la bióloga ya desaparecida, nos recuerda:

‘La señora Schmoll visitaba a la Sra. Bravo en el Instituto y le llevaba plantas, pero la Sra. Bravo no conocía Cadereyta. Organicé la excursión y al llegar a la Quinta Schmoll sentí gran satisfacción al ver el gusto y la sorpresa de la Sra. Schmoll al volver a ver a la Sra. Bravo después de tantos años” (Historia de la Sociedad mexicana de Cactología, Jorge Meyrán García, revista Cactáceas y Suculentas mexicanas, enero — marzo de 1999).

El hecho narrado y la visita de un buen número de botánicos y naturalistas de todo el mundo, se convirtió en una constante que ha tenido la Quinta a lo largo de sus 83 años de existencia. Y no ha sido para menos, las colecciones de plantas suculentas que alberga en sus extensos jardines, en sus invernaderos y túneles de reproducción son de las más importantes en el mundo y han sido citadas en varios estudios biológicos.

Las diversas generaciones de los Wagner y los Schmoll pudieron participar en viajes de exploración por todo México y de manera particular por el Estado de Querétaro acompañando a botánicos de renombre como lo fue el alemán Hans Krainz, descubridor y descriptor de la queretana Mammillaria mathildae, a lo cual en 1973 nombró en honor de la Bióloga mathilde Wagner. De la misma manera otra cactácea que produce bellos y grandes flores, Echinocereus Schmollii, fue nombrada en homenaje de Fernando Schmoll. Estos son solamente dos pasajes que forman parte de las muchas experiencias que han rodeado a los alemanes y a su casa preservadora de cactáceas.

Algo de admirarse es el invernadero más viejo del lugar, el cual alberga la excelente colección personal de cactáceas que dejó el ya desaparecido Fernando SchmolL Ahí podemos ver ejemplares de plantas suculentas muy desarrolladas y con edades considerables a cuestas, perfectamente dispuestas en camellones, bien cuidadas y que siguen produciendo muchas semillas, las que posteriormente son germinadas. En este sitio destaca un viejito, Cephalocereus senilis, de 10 metros de altura, proveniente de meztitlán, el cual puntualmente cada año produce sus grandes flores, caso extraño en ejemplares que se encuentren fuera de su medio natural. Podemos apreciar también grandes ejemplares de más de 150 años de edad, de los llamados barriles de oro o asientos de suegra, Echinocactus grusonii que provienen de sitios hoy inundados por las aguas de la presa Zimapán.

La Quinta Schmoll nos ofrece horas de esparcimiento físico y mental, de conocimiento botánico con la observación de plantas, de lectura con los libros sobre el tema que existen en su variada biblioteca y con las conferencias que se imparten.

Este es sin ninguna duda otro lugar más que existe en nuestro país dedicado al cuidado de la biodiversidad de nuestras zonas áridas y que en un fin de semana vale mucho la pena visitar y admirar.

Montes Azules una fábrica de vida
en peligro de desaparecer

Montes Azules, Chiapas, que es la selva siempre verde más norteña del continente americano se encuentra en serio peligro de extinción. De darse su destrucción, nos estaríamos enfrentando a un atentado contra la humanidad de grandes proporciones, ya que desaparecerían más de 3400 especies de plantas y 341 de aves, por solo dar dos ejemplos de seres vivos. Esta selva siempre lluviosa al momento de ser decretada, en 1978 como Reserva de lo Biosfera de montes Azules, tuvo una superficie de 331 mil hectáreas y hoy en el 2003 ésta se ha reducida a 250 mil, o sea que en 25 años ha sufrido una perdida de 81 mil hectáreas: todo esto debido a invasiones, cambios drásticos de uso de suelo, incendios forestales y extracciones clandestinas de plantas y animales.

Varias acciones se han venido desarrollando para tratar de revertir esa destrucción y estas se publicitaron en un magnifico texto elaborado por José Warman, aparecido a manera de suplemento en la revista México Desconocido de mayo de 2003 y que editó la ONG Espacios Naturales y Desarrollo Sustentable AC. En este se realiza un recuento de actividades que se llevan adelante paro lograr su conservación, estas se encuentran apoyadas por la ONG ya citada, por la PROFEPA, por los indios lacondones y por la FORD.

Se han invertido recursos para construir o rehabilitar estaciones a través de las cuales se haga una constante la presencia de biólogos, ecólogos y vigilantes que garanticen la preservación de la selva así como el impulso de proyectos conservacionistas que involucren a las comunidades locales.

Con el fin de que el conocimiento de lo biodiversidad de montes Azules y su funcionamiento sean permanentes se vienen impulsando una serie de investigaciones que puedan dar salidas a corto, mediano y largo plazos a la problemática de esta selva tropical húmeda. Asimismo se desalloran monitoreos y preservación de especies en vías de extinción.

Se viene dando el impulso a actividades productivas de residentes legalmente establecidas en la reserva, que aprovechen los recursos de manera sustentable y con plena respeto a la biodiversidad de la zona. Entre estas a los lacandones para que se involucren en el turismo ecológico.

Nos dice Waman en su texto, que vinculando esfuerzos se vienen desarrollando otras acciones como “la vigilando en las riberas del río lacantún y sus afluentes; el monitoreo de la población del cocodrilo de pantano; la protección de nidos de la guacamaya rojo; la operación de la Estación Chajul: la operación de la caseta de control y vigilancia del arroyo miranda; la operación de la caseta de vigilancia del río Tzendales: el apoyo a los criaderos extensivos de mariposas en los ejidos Boca de Chajul..., donde se protegen 3 mil hectáreas de selva primaria en terrenos colindantes con montes Azules...”

Con estos hechos, de manera firme se viene avanzando en la creación de conciencia, lo cual es la única llave maestra que logrará preservar la zona selvática de montes Azules, para el disfrute de las generaciones futuras.

Uno primero aproximación a la
Sierro Gorda de Querétaro

En estas vacaciones del verano del 2002 por fin se me hizo incursionar en los dominios de la impresionante Sierra Gorda del Estada de Querétaro. Este es tal vez uno de los lugares en México que presenta una extensa biodiversidad, ya que en un mismo complejo serrana podemos encontrar vida vegetal y animal de desierto, de selva baja, de bosque de encino y de selva húmeda, entre otros regiones presentes; como quien dice es uno de los más importantes escaparates o laboratorios naturales que posee nuestro país para dar a conocer una buena parte de su riqueza biológica.

La afirmación ante no es exagerada, ya que la impresionante sucesión de montañas que comprende la Sierra Gorda, por cierto declarada en 1997 Reserva de la Biosfera, en sus casi 400 mil hectáreas de extensión albergo más de 1700 especies de plantas vasculares y más de 600 especies de animales, sin contar los insectos, pues nada más hablando de estos, la Sierra Gorda posee por ejemplo casi 600 especies de malas que representan el 30% del total nacional.

Después de superar los reglamentarios kilómetros de la autopista a Querétaro y desviándome por Tequisquiápan, inicio mi incursión hacia la carretera que decenas de kilómetros más adelante se trepa por la majestuosa Sierra Gorda, allá por los rumbos áridos de Vizarrón y más adelante de Peñamiller, lugar este último por donde asienta sus reales el muy famoso para los cactólogos Rio

Estórax zona de mucha importancia por la presencia de gran cantidad de cactáceas, entre estas la Lophophora difusa, mejor conocido como peyote, de la cual por cierto pude ver gran cantidad de ejemplares, de todos tamaños, solos o agrupados en colonias; esta visión me inyectó de mucho satisfacción pues es sabido que la planta alucinógena queretana está declarada con el estatus de peligro extinción.

mi primera exploración, pues así lo había planeado desarrollar por las faldas de una montaña de tamaño media ubicada entre Vizarrón y Peñamiler, territorio en donde dominaba la vegetación baja, muy característica de las zonas áridas de México; en este lugar se encontraba una buena presencia de gran biznagas, dos de estas, clasificadas científicamente hablando como Echinocactus platyacanthus y de Ferocactus glaucescens, así como de imponentes Myrtillocactus geometizans, popularmente conocidos el nombre de garambullos.

Como carecía de equipo adecuado me fue imposible caminar mas de 300 metros por el lugar, ya que las plantas espinosas formaban verdaderas barreras infranqueables que impedían mi andar. Pero aún así pude observar una buena cantidad de cactáceas, entre estas unas grandes colonias de Mammillaria geminispina ejemplares muy desarrollados de peyotes. Fácilmente tomé más de 90 fotografías de la zona y su flora suculenta, así como variadas vistas de los cerros cercanos que también presentaban grandes cantidades de cactáceas. Pude observar aves de diversos tipos y lagartos de varios tamaños y tonalidades.

Después de haber vivido durante dos horas esta gratificante experiencia me dirigí a la población de Jalpan de Serra, donde tras visitar y fotografiar la iglesia barroca del lugar pase la noche en un hotel, desde el cual se observaban bellas vistas de la Sierra Gorda, de su zona más verde y húmeda.

Al día siguiente muy temprano tomé carretera hacia otro punto que había planeado visitar, la imponente cascada de Chuvejé, lugar cercano al pueblo de Pinal de Amales, donde lo Sierra Gorda ya presenta vegetación alta con abundancia de encinos y álamos, varias de los cuales presentan en sus troncos y ramas buena cantidad de helechos, bromelias, orquídeas y otra vegetación epifita. Al llegar a una desviación de terracería que va hacia la caída de agua, en auto hice 15 minutos hasta llegar a un claro donde dejé vehículo. De ahí, caminando por senderos durante casi 45 minutos, entre vegetación exuberante, por fin llegué a la cascada de Chuvejé, de más de 30 metros de altura, la cual muestra su bien delineada forma de cola de caballo.

Terminando esa gratificante visita volví a tomar carretera, ahora con rumbo o Concá, lugar en donde tiene sus dominios el clima cálido subtropical: ahí entre la vegetación mediana sobresalen grandes cactáceas columnares muy ramificadas de color verde obscuro de la especie Stenocereus queretaroensis. Por esos lugares podemos observar otras cactáceas de tipo globoso como la Cayphantha radians, de la cual me tocó fotografiar varios ejemplares que presentaban en sus ápices grandes flores amarillas.

En Concá pernocté en la Misión, que es una vieja hacienda convertida en placentero hotel. Este lugar posee una impresionante ceiba pentandra de mas de 300 años de edad y se encuentra rodeado de vegetación exuberante característica de la zona, lo cual demuestra la forma tan sencilla de hacer convivir el confort hotelero con lo ecología. Desde el hotel uno puede tomar senderos que penetran entre el bosque y descubren la presencia grata de arroyos que provienen de manantiales de aguas cristalinas. Los grandes árboles se suceden uno tras otro; se pueden observar también plantas acuáticas en plena floración, descansando placidamente en estanques plagados de peces: a su vez pudimos topar la mirada sobre ejemplares de variadas especies de mariposas posándose con tranquilidad entre las flores y también pudimos advertir sobre la copa de los árboles, con lujo de detalle, el vuelo de aves de cantos variados.

El viaje terminó en Concá, por falta de tiempo y recursos económicos ya no pude visitar otros sitios importantes de la Sierra Gorda como Arroyo Seco, el Sótano del Barro en donde existen parvadas numerosas de guacamayas verdes y que se ubica en la zona núcleo de la reserva de la biosfera y Xilitla, zona selvática de la Huasteca potosina.

Espero poder hacer otro viaje a la impresionante Sierra Gorda, con equipo adecuado y poder penetrar así a sus entrañas y sentir sus buenas vibraciones. Esta es una parte de México que representa un buen ejemplo de su biodiversidad.

10 comentarios:

  1. te repito lo mismo no solo es copiay y pegar sin mas me despido. atte. Candido Cueto R.

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  2. hola ponle imágenes por favor color de letras fuertes hasta el proximo comentario se despide Nidia Soto Parra del 4 semestre grupo C.

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  3. hola compañera tal vez no es necesario repetir lo que ya han dicho, no recuerdo libro alguno en el que solo vengan puras letras tal vez el quijote, pero estamos en ecología, se necesita ver para creer y comprender, ver la magia de la naturaleza y no la enseñas, realmente uno se puede imaginar las maravillas que se describen pero no es lo mismo, que estar observando. claro que el tema es amplio y bien informado.

    Roberto C. 4º B
    recuerden solo son comentarios

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  4. Hola compañeras tu información es muy interesante pero les falto mucha creatividad por que no le pusieron ni imágenes y todo es de un mismo color espero que lo corrijan pronto, sin mas eso es todo por mi parte se despide su compañera CLARA RIOS ISIDRO DEL 4”c”.

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  5. Que tal compañero sabes su informacion es buena pero les hace falta mas imagenes y colores en las letras eso es todo de mi parte se despide su compañero JUAN CARLOS RODRIGUEZ ROMAN DEL 4°"C".

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  6. Que tal victoria estube checando tu informacion y me parese muy bien el unico detalle es que le falta imagenes para que este mas interesante espero tomes en cuenta mi comentario asta la proxima se despide tu compañera ELISELDA GUZMAN COHETERO DEL 4"C"

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  7. hola compañera tu informacion es muy interesante pero le hace falta agregar imagenes para que se bea llamativo su blog tu compañera ADELINA HERNANDEZ ZAYAS 4C.

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  8. Hola compañera tu informacion esta aburrida, por que no tiene nada de creatividad ya que ni imagenes tiene.Tu compañera EMMA DOMINGUEZ CASTAÑEDA 4C.

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  9. compañeros su tema me parece que es muy intertesante pero les recomiendo que agreguen imagenes y husen su creatividad con las letras se despide renata salgado martinez del 4e

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  10. Hola compañera la verdad es mucha teoría y no tiene nada de imágenes y colores se me hace demasiado aburrido. Se despide su compañera Lidia del Carmen Martinez Castillo. 4º"C"

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